Quieren matar a Bansky en el sentido más literario y artístico de la palabra. Quieren desvelar la identidad del grafitero más célebre del mundo.
Tras 10 años en el anonimato Mail on Sunday dice haber desvelado la identidad del artista siguiendo el método utilizado por la policía; conociendo los lugares donde se desarrollaron anteriores atentados pueden llegar hasta el terrorista.
No, no voy a desvelar el supuesto nombre del artista. No me considero tan sensacionalista como para desprestigiar el encanto de un artista como Bansky. No veo necesario el hecho de querer romper con la magia y el misterio que deprende cada vez que aparece una nueva obra de él.
Personalmente no quiero conocer el rostro de quien coló una muñeca hinchable vestida con el traje de preso de Guantánamo en Disneyland, no quiero conocer al que metió una nueva versión de la Gioconda en el Louvre.
Es un atentado hacia el arte, en este caso la obra de arte no sólo es el grafiti, sino también el artista. Como ese momento en el que tus padres te dicen que los Reyes Magos son ellos, que el ratoncito Pérez era tu padre intentando ponerte un pequeño regalo bajo la almohada o como cuando me intentaron convencer de que nunca me llegaría la carta de Hogwarts; quieren matar la magia, propiamente dicho, de un artista.
¿Realmente quieres conocer a Bansky?
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